Llegar a la edad de la jubilación viene acompañado de la difícil tarea de adaptarse y hacerle frente a cambios personales, como la disminución de la fortaleza y la salud física; o pérdidas, tanto de seres queridos como de posiciones o roles sociales que antes obtenían con el trabajo, por ejemplo. Al mismo tiempo, el entorno (familiares, amigos), se transforma con el paso tiempo y puede sentirse como más lejano o proporcionando menor interés. Aceptar y comprender la propia vida, utilizando la experiencia para hacerle frente a todos estos nuevos desafíos, es fundamental para sentirse bien en esta nueva etapa de la vida.
Es nuestro objetivo ayudar a que esa persona pueda aceptarse a sí mismo como un ser valioso, capaz de levantarse y “ponerse de pie” a pesar de cualquier limitación. A saberse autónomo e independiente desde el punto de vista psicológico y a ser protagonista de su propia vida. En definitiva, que pueda sentirse en plenitud y que tenga ganas de hacer cosas nuevas o tener iniciativas y expectativas diferentes.